¿El calzado ideal?
Es frecuente que los padres en ocasiones duden al elegir cuál será el mejor tipo de calzado que pueden proporcionarle a sus hijos. Por otro lado, es enorme la cantidad de mitos y consejos que provienen tanto de personas ajenas a nuestro núcleo familiar como de quienes pertenecen a él, entre los que destaca la creencia errónea de que el calzado por sí mismo ayudará a corregir defectos que habrán de limitarse a sí mismos con el tiempo, incluso sin tratamiento alguno.
En la actualidad encontramos que muchos niños, la gran mayoría en la etapa de lactante mayor (menores de 3 años) se encuentran utilizando ya algún tipo de zapato ortopédico o peor aun, aditamentos ortésicos (plantillas). No hay nada más equivocado que esto, ya que el abundante cojín graso de la planta del pie de los menores tiende a desaparecer espontáneamente alrededor de los 3 años. Para ese entonces si no sucede habrá que considerar el uso de zapato o plantillas, previa valoración ortopédica correspondiente.
¿cómo debo elegir el zapato?
Esto dependerá básicamente de la edad del niño; si es un recién nacido sólo requiere de algo que cubra sus pies. Los zapatos de tela son una buena opción, ya que mantienen el calor y cubren el pie, no necesita tener ninguna especificación así como tampoco rigidez en la suela ni apoyo en sus talones, si son de broche o agujeta serán igual de aceptables. Durante la lactancia (6 meses a 3 años) que es generalmente cuando empieza a gatear y ponerse de pie con apoyo, el zapato puede ser ya de piel con suelas de goma, siempre y cuando sea el más flexible y ligero, el tacón deberá estar ligeramente dibujado y de preferencia ser una botita por debajo de los huesos del tobillo. Es recomendable durante este período permitir la marcha descalza y entre juegos enseñarle a caminar de puntas y talones para fortalecer la capa de músculos que se localizan en la planta del pie, de igual modo el pie tiende a perder ese cojín adiposo (graso) de la planta y a adelgazarse, entonces es válido buscar que cuente con cierto apoyo en la parte posterior del zapato y cercano a los 3 años incrementar la rigidez de la suela siendo posible alternar su uso con cualquier zapato de suela de goma.
En la etapa de preescolares (3 a 6 años) encontramos nuevos problemas, el niño elige libremente el zapato que quiere usar y cuándo se lo va a poner, lo que recalca junto con el inicio de la marcha su independencia. Entonces el zapato tendrá que ser a su gusto y de ser posible que cumpla con lo siguiente: que cuente con refuerzo en el talón, de preferencia de suela de cuero y volada (que se vean las costuras), el tacón cuadrado; esto es, sin lengüetas ni estoperoles y en el caso de las niñas no más alto de 2 cm.
Con respecto a las suelas de goma, no representan mayor problema siempre y cuando éstas se encuentren adheridas a una base de cuero.
Todo esto considerando que es un pie que no tiene problema alguno, de no ser así entonces preferimos el uso de un inserto (molde) de polipropileno delgado (plástico moldeable y sumamente rígido) el cual se toma de la huella del pie proporcionando su arco ideal (deseable) y que tiene las enormes ventajas de que se puede utilizar en todo tipo de zapato incluyendo el deportivo, cosa que no tiene función alguna cuando colocamos una plantilla dentro de un tenis.
Habrá que considerar totalmente aparte todos aquellos casos que se refieran a situaciones especiales como secuelas de un pie post operado por haber presentado pie equino; cuando el pie plano es resultado de parálisis o si aunado al problema del pie tenemos datos de sobrepeso importante, como efecto secundario de diferentes causas.
Cada caso debe considerarse de manera particular para proponer la ayuda o solución más adecuada al mismo.
Su podólogo se ha formado específica y extensamente en el diagnóstico y tratamiento de todo tipo de problemas en los pies. Esta formación incluye cada uno de los sistemas y estructuras, intrincadamente interrelacionados, del pie y la parte baja de la pierna, incluida la piel y los sistemas neurológico, circulatorio, y musculoesquelético, que comprende los huesos, articulaciones, ligamentos, tendones, músculos y nervios.